El negocio se compone de dos partes, una es la cafetería que cuenta con un menú sencillo y panadería y el otro es la venta de libros. Ambas partes conviven en el mismo espacio, por lo que la distribución y el diseño giraron en torno a la integración de ambos.
Tiene un único acceso por la terraza, donde hay mesas diseñadas especialmente para este proyecto y sillas de comedor Colima en encino blanco.
Entrando al salón principal del lado derecho colocamos un booth con mesas y sillas debajo de una pared pintada de color azul rey coronado por la frase: “Todo en el mundo empezó con un sí” de Clarice. Los muros frente al booth se encuentran cubiertos de piso a techo por libreros fabricados en madera de encino blanco.
Al fondo del salón del lado derecho colocamos una pequeña sala con dos sillones Guerrero y una mesa con base de cantera rosa sobre un tapete. En el muro del fondo se encuentran las recomendaciones literarias del mes, estas se interconectan por medio de un sistema llamado rizoma literario, para el cual diseñamos un conjunto de grapas que sostienen a los libros por medio de imanes sobre un tablero metálico.
Al centro de cada espacio en el salón tenemos una isla con libros y del lado izquierdo se encuentra la barra de alimentos y bebidas. La barra está cubierta por medias cañas de madera de encino blanco, rematando en un muro color terracota al fondo. Atrás de la barra está el baño, el cual está cubierto de piso a techo en color verde iluminado por un espejo que cuelga desde el techo.
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