horacio departamento

Año:
2025

Área:
200 m²

Ubicación:
Ciudad de México

Encargados del Proyecto:
Daniela Santamaría | Sayuri Moreno | Frida Félix | Jonathan Rosales

Implementación:
Alonso Martinez

Foto:
Alejandro Ramírez

Proyecto de Interiorismo | Diseño y Fabricación de Mobiliario 

Proyecto Residencial

Horacio es el cuarto capítulo en una colaboración que comenzó con el proyecto Ennea y se ha mantenido a lo largo del tiempo con confianza, sensibilidad estética y afinidad creativa. Luego de San Felipe y Mazul, esta nueva entrega en la Ciudad de México representó una oportunidad para reinterpretar esa complicidad en un contexto urbano. Más que un encargo, este proyecto refleja el privilegio de trabajar con clientes cuya visión inspira y desafía al estudio.

A diferencia de los proyectos anteriores —ubicados en contextos más residenciales o vacacionales—, Horacio fue concebido como un espacio de renta de estadías cortas, lo que implicó atender tanto las necesidades específicas de la familia como crear una atmósfera atractiva y funcional para públicos diversos. Con esa premisa, el equipo propuso una estética más contemporánea, atrevida y vibrante que destaca entre las opciones habituales de alojamiento temporal en la ciudad.

Uno de los grandes aciertos fue transformar un departamento genérico, de acabados poco cuidados y sin carácter, en una propuesta visual potente. El edificio, como muchos de su tipo, presentaba limitaciones estéticas y constructivas, pero esto fue abordado como una oportunidad. Se reconfiguraron espacialmente zonas clave mediante plafones y una iluminación estratégica, generando jerarquías y atmósferas que elevan la experiencia cotidiana.

Se integraron materiales y acabados cuidadosamente seleccionados: maderas como encino laqueado y nogal, piedra volcánica, textiles naturales y acentos metálicos que aportan riqueza táctil y visual. Los tapetes —diseñados en colaboración con un taller de Oaxaca, ciudad natal de los clientes— se convirtieron en piezas icónicas, que dialogan con el mobiliario a medida y refuerza la identidad del espacio. Junto al librero escultural y el booth en la sala, estos elementos sintetizan el carácter audaz del proyecto.

Cada decisión, desde la paleta cromática hasta los accesorios, fue tomada con intención. Para diferenciar áreas, se aplicaron lambrines en distintos tonos y se cuidó que cada espacio comunicara confort sin caer en lo predecible. Los retos más importantes no fueron de diseño, sino de ejecución: los múltiples errores arquitectónicos heredados del desarrollo exigieron soluciones técnicas creativas. Se necesitó un ojo agudo, atención al detalle y mucha paciencia para corregir sin demoler.

En cuanto a la implementación, la fijación de mobiliario en muros de tablaroca requirió planificación estructural anticipada. La coordinación entre obra, diseño y fabricación fue fundamental, especialmente considerando que los clientes no estuvieron presentes en el proceso y vieron el resultado solo hasta la entrega final.

La seleción de mobiliario y accesorios fue de multiples estudios y marcas —como Cuchara, David Pompa, Casa Quieta, Taller Maya, Originario, Tributo, entre otros— lo cual aportó una diversidad de acentos que, gracias a una narrativa visual clara, se articularon con coherencia. El resultado es un espacio donde el lujo se traduce en expresividad, contrastes, y una sensibilidad artística que transforma lo cotidiano en experiencia.

El cliente quedó feliz y sorprendido al ver cómo su personalidad se reflejaba en un espacio funcional y vibrante. Y para el equipo, Horacio deja aprendizajes profundos sobre dirección de diseño, resolución técnica y la potencia de trabajar con libertad creativa en un marco de confianza mutua.