Las fibras naturales, como bejuco y henequén, fueron integradas en mobiliario y accesorios para aportar texturas orgánicas. Las telas, en su mayoría linos y algodones tratados para exteriores, permiten resistencia sin perder suavidad. Los acabados en pasta artesanal, fabricados con tierras de la región, crean una continuidad cromática con el entorno.
Cada mueble fue diseñado o adaptado a la medida, considerando las particularidades del espacio. La instalación presentó desafíos logísticos, especialmente por la ubicación remota del proyecto. Algunas piezas de gran formato, requirieron el uso de una grúa para ser colocadas en su sitio. La planificación detallada fue clave para asegurar que todos los elementos llegaran completos y sin imprevistos, ya que el acceso al desarrollo es limitado y cualquier ajuste debía resolverse en sitio.
La colaboración con distintos equipos enriqueció el proceso. Terracota Taller, Casa Belart, Contorno, Ensamble Artesano, Casa Quieta, Tana Karei, David Pompa, Colorindio y Balsa participaron en el desarrollo de mobiliario y acabados, mientras que el paisajismo a cargo de Salmiana transformó las áreas exteriores en espacios más frescos y habitables.
En este proyecto se presentaron dos retos importantes: la coordinación a distancia entre los equipos de Oaxaca y Ciudad de México, y el desarrollo de mecanismos personalizados para ciertos espacios. Para el primero, se implementaron reportes constantes y ajustes en la producción para garantizar la fidelidad al diseño. Para el segundo, ante la falta de soluciones en el mercado para un mueble específico que resguardara la TV , se diseñaron y probaron prototipos hasta lograr un funcionamiento preciso y acorde a la estética del proyecto.
El diseño responde a la naturaleza del lugar con una paleta de colores neutros, materiales de la región y una distribución que permite la conexión con el entorno.
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